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Mostrando entradas de junio, 2020

"Resumen de noticias", de Silvio Rodríguez

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H e estado al alcance de todos los bolsillos, porque no cuesta nada mirarse para adentro: he estado al alcance de todas las manos que han querido tocar mi mano amigamente. Álbum Al final de este viaje (1978) Pero pobre de mí: no he estado con los presos de su propia cabeza acomodada; no he estado en los que ríen con solo media risa, los delimitadores de las primaveras.   No he estado en los archivos ni en las papeleras, y se me archiva en copias y no en originales. No he estado en los mercados grandes de la palabra, pero he dicho lo mío a tiempo y sonriente. No he estado enumerando las manchas en el Sol, pues sé que en una sola mancha cabe el mundo. He procurado ser un gran mortificado para si mortifico no vayan a acusarme. Aunque se dice que me sobran enemigos, todo el mundo me escucha bien quedo cuando canto. Yo he preferido hablar de cosas imposibles porque de lo posible se sabe demasiado. He...

El creador como un Héctor

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H oy me gustaría compartir una breve reflexión acerca de la labor literaria. Para ello me gustaría, como punto de inicio, compartir una cita tomada de Rubén Bonifaz Nuño cuando se refiere a la personalidad de Héctor de la Íliada de Homero, publicada por la UNAM. Dice el poeta mexicano en la “Introducción”:   Héctor funda su grandeza en su propia original pequeñez; él es únicamente un hombre; es el hombre en su terrible soledad de ser; endeble y limitado, se afianza en su voluntad y resiste; se opone, cuidando la dignidad de su condición [...] (p. xxvii).   Conoce su propia inferioridad en fuerza física, su humana debilidad. Todos la conocen. Empero, asumiéndolas, las ha llevado a tal punto, que las ha convertido en causa de temor para quienes en física fuerza lo superan. [...] Únicamente hombre, consciente de sus límites, se esfuerza en llevarse sin tregua hasta lo último de éstos, venciéndose de continuo a sí mismo. Y los semidioses, testigos de ese...

"Horas de junio", de Carlos Pellicer

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V uelvo a ti, soledad, agua vacía, agua de mis imágenes, tan muerta, nube de mis palabras, tan desierta, noche de la indecible poesía. Por ti la misma sangre –tuya y mía— corre el alma de nadie siempre abierta. Por ti la angustia es sombra de la puerta que no se abre de noche ni de día. Sigo la infancia en tu prisión, y el juego que alterna muertes y resurrecciones de una imagen a otra vive ciego. Claman el viento, el sol y el mar del viaje. Yo devoro mis propios corazones y juego con los ojos del paisaje. Primera edición Junio me dio la voz, la silenciosa música de callar un sentimiento. Junio se lleva ahora como el viento la esperanza más dulce y espaciosa. Yo saqué de mi voz la limpia rosa, única rosa eterna del momento. No la tomó el amor, la llevó el viento y el alma inútilmente fue gozosa. Al año de morir todos los días los frutos de mi voz dijeron tanto y tan calladamente, que unos días vivieron a la sombra de aquel ca...

"La mañana de san Juan", de Manuel Gutiérrez Nájera

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A Gonzalo Esteva y Cuevas     Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895). P ocas mañanas hay tan alegres, tan frescas, tan azules, como esta mañana de san Juan. El cielo está muy limpio, «como si los ángeles lo hubieran lavado por la mañana»; llovió anoche, y todavía cuelgan de las ramas brazaletes de rocío que se evaporan luego que el sol brilla, como los sueños luego que amanece; los insectos se ahogan en las gotas de agua que resbalan por las hojas, y se aspira con regocijo ese olor delicioso de tierra húmeda, que sólo puede compararse con el olor de los cabellos negros, con el olor de la epidermis blanca y el olor de las páginas recién impresas. También la naturaleza sale de la alberca con el cabello suelto y la garganta descubierta; los pájaros se emborrachan con el agua, cantan mucho, y los niños del pueblo hunden su cara en la gran palangana de metal. ¡Oh mañanita de san Juan, la de camisa limpia y jabones perfumados, yo quisiera mirarte lejos de estos calderos en que hi...

"I once had a girl or should I say she once had me...?"

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T e comparto que leí Tokio Blues de Haruki Murakami. Mi curiosidad por hacerl o desper tó hace algunos años, cuando supe que muchos de mis conocidos hablaban del libro, pero de una forma un tanto extraña: lo amaban o lo odiaban. Algo semejante pasa con el autor: muchos lo aman y muchos lo odian, pero la verdad es que muy pocos lo han leído de verdad o sólo repiten lo que por ahí han visto o escuchado. Con toda honestidad, puedo decirte que no me pareció nada extraordinario, eh. Más bien creo que es pretencioso, flojo, con pasajes descriptivos casi inútiles y aburridos. Es una historia sin sustento por sí misma y a ratos desesperante. Parte del hecho de que un hombre rememora sus días de juventud en Tokio. Y relaciona a éstos, en específico, con la canción "Norwegian wood", de The Bea tles, recurrente a lo largo de la segunda mitad del libro. Hay otras muchas, pero más como un accesorio y sin una carga narrativa digna de mencionarse. Pareciera que el autor desarrolla...