Oblómov, 30
Oblómov es el joven representante de la aristocracia rusa del XIX por excelencia, y como prototipo, de toda nobleza europea decadente, un tipo ocioso y apegado a las viejas tradiciones, melancólico, perezoso hasta lo inconcebible, rabiosamente abúlico, un mediocre de tomo y lomo que es capaz de dejar naufragar todos sus sueños y expectativas en las inhóspitas costas de su propia indolencia y de un dejarse vivir ajeno a cualquier toma de decisiones, a cualquier acción.
Pero lo más logrado del prototipo Oblómov, su rasgo más interesante y sin duda perdurable es que contempla su propia decadencia, su caída en picado como un drama universal que le imponen fuerzas ajenas a su propia realidad y voluntad. Y cuando la melancolía y tristeza de su buscado drama personal se le impone como realidad, Oblómov se refugia en los idílicos vapores consoladores del recuerdo de Oblomovka, la casa familiar situada en plena campiña rusa, un lugar paradisíaco, símbolo y estampa de la felicidad y de un tiempo perdido (la infancia), a los que Oblómov acude en ensoñaciones cuando la propia incapacidad de resolver su situación le bloquea y desbarata como a un muñeco roto.
El Síndrome Oblómov se describe como una suerte de enfermedad maldita para la que no existe una cura eficaz y duradera. Tiene mala prensa el Síndrome Oblómov, y a los que de vez en cuando nos sentimos atrapados por él, incluso nos da vergüenza reconocerlo, e intentamos salir ruborizados de su abrazo que intuimos como una terrible marca que nos señala ante la sociedad como malditos y apestosos inútiles, incapaces de acciones que conducen al progreso y avance del mundo.
Fuente: http://www.ojosdepapel.com/Index.aspx?blog=800

Comentarios
Oblómov bien podría ser espejo de muchos. Creo que ya lo habíamos comentado, aunque fue tan sólo de pasada. La verdad no sé como podría definir esto, ¿síndrome?, ¿melancolía?, ¿vacío?, ¿todo esto a la vez? Me gusta tu descripción. Creo que basta decir, retomando tus palabras, que "la propia incapacidad nos bloquea y desbarata como a un muñeco roto".